Y aquí vamos de nuevo (Entre las vacaciones)


Al fin encuentro momento para escribir. A pesar de que ando de vacaciones éstas se han puesto muy intensas en cuanto al vivirlas se refiere.

Empezando por lo primero, REMAR: ¡¡¡¡Terminamos de pintar la casa de los hermanos el 25 de Julio!!!! (Fecha de mi cumpleaños). Cumplimos después de tanto trabajo, tantas vivencias llenas de sonrisas y amarguras, juegos de ping pong, almuerzos, pizzas, panes y tantos momentos que cargaron mis últimos tres meses de mañanas y tardes sensacionales. Muchas gracias a todos los que colaboraron por regalarme la oportunidad de compartir tan buenos tiempos con ustedes.

Luego vino la misa (29/7) y el acto de graduación (30/7) que ocuparon por supuesto todo el fin de semana de celebraciones. Cada noche nos invadía ese dejo de nostalgia que nos venía pegando de hace un mes y que nos haría derramar unas lágrimas esporádicas, más de alegría que de otra cosa, durante esos días.

No es precisamente el “Bachiller en Ciencias” lo que me llena de emoción y orgullo cuando observo el diploma. No sé cuánto puedan entender o cuánto pueda explicarles en relación a lo que el colegio significa para mí. Ha sido sin duda mi segundo hogar; la cuna de mis mayores amistades; el taller donde se forjaron mis ideales de vida y mis convicciones; el lugar que me ha regalado muchos de los momentos más maravillosos de mi vida y que me ha permitido formar parte de una nueva familia. Cuánto tengo que agradecerles a todos aquellos que coincidieron alguna vez conmigo en esos pasillos, en los recesos fugaces, los cómplices salones y oficinas, y tantas otras experiencias, que colmaron mi historia en el San José de magias y privilegios que no voy a olvidar.

Saliendo de las celebraciones entramos en la mayor de todas. El 3 de agosto arrancamos hacia Margarita para disfrutar de una semana inolvidable. Las historias de este viaje merecen mucha más dedicación y entusiasmo del que puedo plasmar aquí, no quiero robarles el valor por eso pido que me disculpen. Solo puedo resumirles que ha sido una de las ¡¡mejores experiencias de mi vida!! (Nótese que durante esta entrada he repetido ya varias veces esta frase, por lo que les digo de lo intenso de estas últimas semanas)

Regresé el miércoles 8, dormí unas catorce horas y al día siguiente cumple Héctor, buena razón para seguir a rumba. Al final de todo ayer me acerqué hasta el cine, una de mis pasiones. Entré a ver Ratatouille, film que recomiendo con los ojos cerrados a todos aquellos que de alguna forma recorrieron su infancia de la mano con los clásicos de Disney, como yo, y que les emociona ver historias de finales felices.

Por ahora me despido, hasta dentro de cualquier momento cuando me provoqué reportar algo más, seguramente pronto.